miércoles, 3 de marzo de 2010

Las Segovias. 24 Febrero

Hola!!
El día 24 nos dirigimos muy tempranito a la región Las Segovias, al norte de Nicaragua. En dicha enmarcación se encuentra el departamento de la tres veces heroica Estelí, donde la fuente principal de ingrasos es el cultivo del tabaco y el café (para multinacionales extranjeras), uno de los tres que conforman dicha región junto con León y Madriz. Tras 2 horas y media de viaje llegamos a casa Estelí que es un centro de formación y capacitación para el desarrollo, además de la gestión del parque de las ciencias que más tarde visitaremos. En éste lugar vimos algunos de los proyectos que se están llevando a cabo en materia de cooperación liderados por AUPEX-AEXCID (Ej muy interesante: microguiadelasciencias.tv). Seguidamente el alcalde de Estelí hizo un repaso de la gestión de su municipio y como dato curioso: la ciudad de Estelí está dividida en distritos y cuando hay que invertir dinero municipal en los mismos, los gestores visitan dichos distritos para que una comisión de vecinos diga en que se va a invertir dicho dinero. Este sistema de gestión se le conoce como democracia participativa y está muy estendido por todo el país (quizá nuestros dirigentes debieran tomar algunas notas).
Al terminar nos dirigimos al parque de las ciencias. Este lugar es la instrumentación de las ciencias de manera tangible, por ejemplo tienen maquetas de dinosaurios que además sirven para explicar a los visitantes (sobre todo niños) el movimiento de palanca o tenían incorporada una placa solar para explicar esta fuente de energía renovable. Además contaban con algún vivero piscina para que los visitantes se puedan bañar. Después de comer (a la una) tuvimos la experiencia más emotiva hasta el momento; nos dirigimos al aula de educación donde, tras unas dinámicas con un monitor, recibimos a un grupo de niños de las comunidades más pobres que estaban de excursión en el parque. Cuando superaron el primer impacto de ver a 14 desconocidos mirándoles y sonriéndoles, hicimos otra dinámica para que cada uno o dos eligieran a uno de nosotros para charlar y jugar un rato. A mi me eligió Joan, un niño de 6 años guapísimo de ojos negros con el que congenié rápidamente. No quería ser nada de grande, si acaso futbolista, solo quería trabajar para ayudar a su madre y hermanos (tiene 6). Tras un rato de juegos y charlas llegó la despedida y quiso hacerme un regalo, un avión de papel que conservaré siempre. Este es otro denominador de común de la mayoría de la gente que he conocido de aquí, sin tener nada te lo dan todo. Nos despedimos de todos ellos bastante emocionados y tras alojarnos en las habitaciones, tuvimos un encuentro con jóvenes Sandinista. Resulta sorprendente ver como chicos de entre 14 y 30 años defienden unos ideales para el desarrollo de su país, la justicia y la igualdad. Nunca he conocido jóvenes tan implicados con una causa. Después del encuentro cenamos todos juntos y tuvimos una noche cultural donde vimos y participamos en sus bailes regionales.
Fue un gran día cargado de nuevas emociones.
Hasta la próxima.

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